jueves, 31 de mayo de 2012


Era un hombre muy solitario nadie sabía nada de él, se rumoreaba que fue un pirata de la época. Lo dejo todo por seguir su sueño que era hallar lugares del pasado histórico que estuvieran encantadas y poder escuchar las historias que contaban los fantasmas sobre el pasado, viajo por el mundo.
Encontró varios sitios y le fue bien hasta un día llegó a unas ruinas de un castillo medieval un poco lejos había un monasterio, uno de los monjes que vivía allí le contó que los fantasmas del castillo eran muy hostiles y no aceptaban la presencia humana, todo aquel que se acercase quedaría hechizado por una bella mujer pálida y con ojos de color de miel, el chico no le hizo caso solo estaba centrado en su sueño.
Espero las once de la noche con impaciencia en los escombros del castillo bien escondido, empezó a escuchar una música bella y hermosa pudo deducir que se celebraba un banquete pero de repente se encontró cara a cara con una bella mujer tal y como le dijo el monje intento huir pero fue demasiado tarde para él la mujer lo hechizo para siempre, obligándolo a viajar por todos los lugares del mundo buscándola sin dormir y sin comer se le marcaban todos los huesos, daba tal imagen que parecía un muerto .

 






























Ariadna Peris



jueves, 24 de mayo de 2012


 Adicción al amor

Aleixo y Aurora eran novios, los dos eran muy  jóvenes y pero a pesar de eso estaban muy enamorados. Pero Aurora tenía un grave problema de adicción a las drogas. Podías ver como cada mañana traía esa pálida piel de cansancio y esa tristeza en las pupilas. Aleixo le advirtió que no podía seguir así, que no la quería perder, que si ella moría su vida no cobraría sentido, y el día que se fuera se iría con ella. Los padres de Aurora ya le habían llevado a rehabilitación pero al salir de allí volvía a recaer, la droga siempre estaba a su alrededor.
            Él decidió llevársela unos días de acampada al lago, una especie de “desintoxicación”. Mas unidos no podían estar, cada abrazo que se daban, era como ver el amor en persona. Se fueron a dormir acurrucados, durmieron poco ya que  estuvieron hablando unas buenas horas y estaban cansados. Amaneció, le cogió de la mano y la miró con amor, pero ese gélido frio en las mejillas aún sonrosadas, le hizo pensar demasiado pronto por las consecuencias que tendría. Entro en cólera, parecía que le fuesen a caer lagrimas de sangre cogió el cuchillo y se lo empuño.





Laia Vallvé López



  


Duelo de amor


Duelo de amor


En un pueblo cercano a Bilbao se cuenta desde hace años una leyenda, no sabemos si es verdad o no pero por si a caso no lo pondremos en duda.
Hace muchos años en lo alto de una montaña llamada Anavátolo vivía un humilde pastor que tenía dos hijas, Helena y Valeria. Las dos eran de un carácter totalmente opuesto al de la otra, pero tenían algo en común, la belleza y la elegancia, las dos con una piel blanca increíble los ojos claros y los labios rosados. Helena hacía 6 meses que había contraído matrimonio con un joven llamado Armando, los dos eran muy felices. Valeria era una chica muy abierta, pero delante los hombres era muy reservada e intentaba mantener las distancias, menos con uno Fernando. Él era hijo del duque, el enemigo de los pueblos de la zona, pero ella hacia tanto tiempo que estaba enamorada del él y lo quería tanto, que le daba igual todo. Fernando era un chico elegante, romántico y tan poético, siempre escribía poemas y eso a su padre no le gustaba mucho. El duque siempre le decía que tenía que salir a luchar por lo que quería realmente ya fuera en una batalla o en búsqueda del amor de su vida. Él nunca le hacía caso hasta que conoció a Valeria. Se fueron conociendo poco a poco  y ella cada día lo quería más, él se sentía a gusto con ella pero no quería nada, solo amistad. Fernando fue paseando por el pueblo de Valeria donde un día se encontró a Helena.  Se enamoró locamente de ella y decidió ser valiente y decírselo. Le daba miedo pero gracias a los sermones de su padre y a las largas tardes que había pasado al lado de Valeria quien le enseño a luchar por lo que quería, se decidió a hacerlo.
Pasaron los días y los dos se caían bien pero Helena era una mujer casada y solo podía tener ojos para su marido. Fernando le enviaba cartas con poemas muy románticos, pero por mala suerte una mañana esa carta llego a manos de Armando, el marido de Helena. Este se enfado mucho y fue a buscarlo para batirle ha un duelo por el amor de Helena. Los dos quedaron a escondidas de la chica. La mañana siguiente los dos lucharon y Armando perdió y murió. Fernando también quedo mal herido. Helena al enterarse que su marido había muerto decidió poner fin a su vida con una espada. El hijo del duque paso unos días muy malos ya que quedo mal herido en muchas partes del cuerpo, pero saber que Helena había muerto hizo que empeorada y que en pocos días muriera. Valeria decidió marcharse lejos de aquel sitio y se metió en la profundidad del bosque donde nunca más se la vio salir.
En la actualidad, se cuenta que si las noches de luna llena vas al bosque, se te aparece el fantasma de Valeria contándote su triste historia.

 Meritxell Estivill Alabart


Johann Friedrich Overbeck








BELLA FLOR


Pobre mujer, su hubiera sabido que este día que le daría vida a una persona, que desearía que no hubiera existido nunca…

Nació Flor, tan chiquitita que la podías agarrar con una mano. Pero preciosa, con unos ojos bien grandes y un poco pelona.
No preguntes por su padre, ni por su familia, ni nada. Porque nunca se supo que fue de esa gente, se esfumaron con el tiempo.

Pasaron los años, y Flor crecía rápidamente.
Ayudaba a su madre cada día, iban al campo a ordeñar las vacas, pasando por el bosque a llenar el carro de leña, volvían a casa después de horas andando a preparar la cena. Así día tras día de sus vidas.
Flor cumplió los diecisiete, en plena primavera. Ése año le cambiaría por completo la vida. Falleció su madre, no se sabe exactamente ni como fue, ni porque. Se quedó sola, no quería vivir con las monjas de Tafalla, prefería consumirse. Quiso enterrarla al cementerio abandonado, un poco más adentro del bosque.
Nunca dejó la rutina, era su trabajo, su forma de vivir, pero antes de irse a casa, cogía una flor bonita del bosque y se la llevaba a su madre. Sabiendo que era lo que más le gustaba, la naturaleza, las flores, Flor. Por cada flor dejada, derramaba una lágrima de tristeza.
Media vida se pasó visitándola acompañada de ésa flor.

Ella, quedó tumbada abrazando la tumba de su madre y nunca más se levanto.

La nueva familia que habita ésa casa dice que de su alma nació un rosal con rosas grandes y blancas, que olían como el perfume de la bella Flor.

Júlia Hernández Pascual

miércoles, 23 de mayo de 2012


El lado oscuro de tu claridad



Nuevamente, hallo una injusticia, hallo el engaño, dejando ir mi genio endemoniado. La ira me envuelve, jamás volveré a confiar en ti. Al acercarme mi respiración se acelera pero se retiene a la vez. Eres inmenso , veloz y hermoso pero solitario. Tal vez ese halla sido el motivo del arrebato.

 Todos los días te observábamos cogidos de la mano, resoplando entre el viento nuestros besos... Lo sabías... Sabías que era mía, aun así la seducías, con tus ondas, tus destellos a la luz del sol y tu cálida temperatura.
Y así fue, fue tuya mi mujer, dejaste que se durmiera entre tus brazos naufragando en tu corazón
Mi amor, tu que estás entre las brumas, sedúceme como lo hicieron contigo, quiero estar junto a ti porque solo tu eres mi alivio.

Astrid Sarria.

Aquel lugar, tan perfecto lugar.

Todos los días, al amanecer, ver tu bello rostro me hace estremecer.
Cada noche, sueño, sueño con un beso tuyo. Te quiero, te lo repito y repito cuando nuestras miradas  se cruzan al bajar las escaleras.
Esperar tu respuesta a mis saludos se convierten en los segundos más absurdos, porqué hace que me sienta estúpido no poder mencionarte algo más que los buenos días.

Por fin llegó el día, el día de poder darte un tema de conversación y dejarte conocer mi verdadero yo, no como  un simple caballero que te manda una razón del patrón , si no como una posible ilusión para ti, que veas en mí un posible amante al que puedas brindar tu amor. Sería una gran dicha para mí.
Verte bajar por las escaleras y poder decirte lo bella que estás, darte un beso que te ponga a delirar, a escondidas como si fuéramos unos delincuentes, tiernos como jóvenes enamorados… Solo conocerás mi talón de Aquiles....                                                                                            
                                                                                          
 Blanca Esteban Moix

Amor entre rejas

Amor entre rejas

Hoy es el día, no tengo demasiado tiempo para contar por qué estoy aquí, por qué tengo tanto miedo y sobretodo por qué solo en pensar que no la volveré a ver nunca más me pongo enfermo.
Todo pasó aquella noche donde fui al sitio más adecuado para encontrar lo que buscaba. Al castillo del rey. Yo sólo necesitaba unas monedas para que mi familia pudiera comer y vivir el día a día con normalidad, ya que pasamos tiempos muy difíciles.
Subí las escaleras y entré en una habitación oscura, empecé a buscar entre los cajones y abrí el armario. De repente, éste se cerró violentamente detrás de mí, cosa que despertó a la princesa. Ella se levantó en seguida y abrió la luz. Me clavó sus ojos claros e intensos. Nos quedamos unos segundos inmóviles mirándonos el uno al otro, tiempo suficiente para que yo pudiera salir corriendo. Pero no lo hice. Me quedé en pie al centro del dormitorio, mis pies no respondían y mi mirada no quería apartarse de aquel rostro pálido y perfecto.
-¡Socorro! ¡Me están robando! La princesa gritó, se rompió toda la magia que se había creado en aquellos pocos segundos de quietud. Era demasiado tarde, ya tenia a dos hombres encima que me llevaron a un cuarto frío donde pasé la noche.
Que guapa estaba. Cuando abrí los ojos la pude ver de pie al otro lado de las rejas. Sólo unas horas fueron suficientes para que acabáramos enamorados locamente el uno del otro. Podíamos hablarnos, mirarnos, tocarnos, besarnos… pero siempre nos estarían separando aquellas rejas que se quedaran grabadas en mi memoria toda la vida. Sólo deseaba salir de ahí y escaparme con ella a un lugar donde no nos pudieran encontrar jamás.
Cómo ya he dicho antes, hoy es el día, estoy subiendo las escaleras hacia mi final, puedo notar la presencia de un hombre que me empuja, my cuerpo está temblando pero mi mente y mis ojos aún la buscan entre la gente. Gente que grita y me señala con el dedo. No me importa. Yo quiero verla, aunque sea por última vez. No me puedo ir de éste mundo con la imagen de aquella escena, quiero que mi mente se quede con su rostro y su belleza.
No puedo ver nada, me han tapado la cara, oigo voces. Última noticia: la princesa ha muerto.


Laura Baella